viernes, 27 de julio de 2018

CONFLICTOS SOCIALES


¿QUE ES UN CONFLICTO?
Un conflicto es una manifestación de intereses opuestos, en forma de disputa. Tiene muchos sinónimos: pelea, discrepancia, desavenencia, separación, todos con una valoración negativa a priori. Vale la pena detenerse en que el conflicto es una construcción social diferente a la violencia, que puede involucrarla, así como puede no hacerlo.
  ¿QUE ASER FRENTE A UN CONFLICTO?

Todas y todos hemos vivido o conocido algún conflicto. Los vemos con frecuencia en la calle, en el trabajo, en el mercado, en los medios de comunicación. A veces un conflicto nace por nuestra manera de ser o porque tenemos diferencias con las personas más cercanas. En la familia, por lo general, cada quien ve las cosas de manera distinta. Cuando hay desacuerdos, después vienen los resentimientos, la separación o alguien se aparta y a veces hay gritos y hasta se llega a los golpes. Lo mismo pasa en el barrio. La gente de pronto ya no se habla, critican al que no se comporta como el resto de vecinos y no dejan que cada quien haga con su vida lo que le parezca bien sin hacer daño a nadie. La política es otra fuente de conflictos, porque ahí los intereses en juego son enormes. Las posiciones políticas diferentes pueden fomentar división de la sociedad.
 CAUSA DE CONFLICTO
  • El cambio o mantenimiento de relaciones de poder. En Argelia, aún existe una lucha armada entre varios grupos y el Ejército, independientemente de los resultados electorales, desde 1992.
  • Disputas territoriales. Como el caso de la República Democrática del Congo, donde los rebeldes que iniciaron el conflicto se vieron respaldados por tropas de Uganda y Ruanda, que dio con enfrentamientos armados que duraron años.
  • Intereses políticos, que se traducen en riquezas naturales cuya explotación puede significar grandes sumas de dinero. Nigeria por su petróleo y República Democrática del Congo por sus explotaciones naturales, son un claro ejemplo de los movimientos internacionales que pueden surgir en torno a este tipo de conflictos.
  • Enfrentamientos religiosos para tratar de someter, reivindicar o imponer una determinada religión. Casos como el de Uganda y Birmania, son los que perduran hoy por hoy, por motivos religiosos.
  • Levantamiento armado de la oposición, que a través de la violencia persigue la forma de derrocar al Gobierno. Claros ejemplos de esta causa de conflicto son la ofensiva Kurda en Turquía, altercados en Tailandia y la lucha constante de partido comunista de Filipinas por hacerse con el poder.
CLASES DE CONFLICTO
·         Real: los implicados presentan diferencias de algún tipo, que han abordado pero no han podido solucionar.
·         Irreal: el conflicto es fruto de un malentendido o una mala interpretación que puede aclararse y permitir resolver el problema.
·         Inventado: parte de un malentendido o una mala interpretación utilizada de forma deliberada para provocar de forma consciente el conflicto. Puede iniciarse como una simple broma o un simple juego, o por el deseo de dañar al contrario.
COMO EVITAR CONFLICTOS
1.   
Reconoce las preocupaciones de la otra persona.
 Si ella ha iniciado la pelea o ha respondido irracionalmente a tus preocupaciones, exprésalo verbalmente. Por ejemplo, dile: "Me doy cuenta de que este problema realmente es importante para ti" o "Yo sé que tú no crees que mi idea sea buena, pero yo sí."
·         Si la pelea empieza a acalorarse o se intensifica rápidamente, aléjate de la situación. Dile a la persona que necesitas un descanso antes de volver a discutir los temas.


2
Discutan las preocupaciones de ambos. Haz que esta conversación sea lo más estable posible en cuanto a las emociones, sin gritos ni culpas. En lugar de eso, expresa tus puntos de forma breve y específica. Será más fácil persona responda a casos específicos, que a generalizaciones o acusaciones amplias.[1]
3
Dale una oportunidad de hablar. Esto significa que debes escuchar activamente a lo que diga. No hagas caso de las debilidades de su razonamiento o argumento. En lugar de eso, escucha lo que realmente está tratando de decir, sin importar si es lo que quieres escuchar o no.

4
Respóndele a la otra persona con respeto. Si no estás de acuerdo con lo que esté diciendo, valida sus preocupaciones, en lugar de discutir con ella. Puede ser útil tomar unos minutos para recopilar tus pensamientos antes de responder. Esto evitará que digas accidentalmente algo hiriente.[2] Por ejemplo: "Ahora puedo ver por qué estás molesta".
·         Si llegas a un compromiso con la otra persona, es más probable que responda positivamente a tus preocupaciones.


5
Planifica tu lenguaje corporal. Esto es tan importante como evitar los gritos, las palabrotas y los insultos. Usa un lenguaje corporal que sugiera un deseo abierto de comunicarte, como los brazos abiertos y una postura relajada. Un buen contacto visual también es una parte fundamental de la comunicación.
·         Evita el lenguaje corporal defensivo, como cruzar los brazos, señalar con el dedo, esconder las manos o no hacer contacto visual. Estos gestos pueden ser señales de una falta de voluntad para hablar.[3]


6
Usa el humor. No sientas que un argumento tiene que ser completamente serio. Si puedes y crees que la otra persona es receptiva, haz una broma o dos. Esto puede aliviar la tensión y mostrarle a la otra persona que no estás a la defensiva ni tomas las cosas personalmente.[4]
·         Nunca hagas una broma a costa de la otra persona. Esto empeorará el conflicto.


PREVENCION AL CONFLICTO


1
Sigue siendo un buen oyente. Nunca te apegues a una opinión inflexible. En lugar de eso, escucha constante y atentamente lo que el otro piensa o tiene que decir. Si menciona algo que le molesta, tómalo en serio y respóndele o pídele disculpas.
·         La comunicación general será más fácil si escuchas activamente y le respondes a la otra persona.


2
Evita tener que estar en lo correcto todo el tiempo. Esta es una fuente enorme de conflictos entre las personas. Trata de dejar de lado la necesidad de tener la razón todo el tiempo. En lugar de eso, aprende a dejarte llevar y a comunicarte sin preocuparte de quién está en lo "correcto" o está "equivocado".[5]
·         Al principio, será difícil dejar de tratar de manejar el resultado, pero es posible que descubras que tu nivel de estrés disminuye. Sin la necesidad de tener la razón todo el tiempo, puedes empezar a disfrutar de las cosas y respetar a la otra persona.


3
Tómate un tiempo a solas, si se trata de un conflicto de relación. A veces, estar con la misma persona mucho tiempo puede llegar a ser estresante. Tomar un tiempo a solas puede darles a ambos un descanso, reducir la tensión y hacer que se aprecien más el uno al otro cuando sí pasen tiempo juntos.
·         Pasar tiempo con tus propios amigos puede mejorar tu forma de pensar, haciendo que sea más positivo y divertido estar contigo. Puede ser que tu pareja también necesite un poco de tiempo para pasarlo con sus propios amigos.


4
Ponte en los zapatos de la otra persona. Esto mejorará tu empatía y conciencia de lo que le está pasando a la persona. No esperes a que ocurra una pelea para considerar lo que está pasando con ella. En lugar de eso, trata regularmente de entender los problemas y las alegrías de la otra persona. Esto hará que se sientan más conectados y menos en conflicto.[6]


5
Planifica las discusiones importantes. Si algo empieza a preocuparte, planifica cómo traerás a colación el tema con la otra persona. Decide lo que vas a decir, cómo lo dirás y cuándo tocarás el tema. Haz que la declaración sea breve y específica.
·         Evita traer a colación los problemas en el calor del momento o sin pensarlo mucho con antelación. Si lo haces, será más probable que acuses a la otra persona, respondas de forma emocional y simplemente pelees.


6
Consigue asesoramiento o mediación. Si te das cuenta de que aún estás luchando con el conflicto, busca ayuda. Pregúntale a la otra persona si está dispuesta a asistir a terapia o mediación. Si no quiere, considera reunirte con un terapeuta por tu cuenta. Aunque esto podría no resolver todos tus problemas, puedes aprender a reaccionar y a sentirte mejor con tu situación.




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