¿QUE ES
UN CONFLICTO?
Un conflicto es una manifestación de
intereses opuestos, en forma de disputa. Tiene muchos sinónimos: pelea,
discrepancia, desavenencia, separación, todos con una valoración negativa a
priori. Vale la pena detenerse en que el conflicto es una construcción social
diferente a la violencia, que puede involucrarla, así como puede no hacerlo.
¿QUE ASER
FRENTE A UN CONFLICTO?
Todas y todos hemos vivido o conocido algún conflicto. Los vemos con frecuencia en la calle, en el trabajo, en el mercado, en los medios de comunicación. A veces un conflicto nace por nuestra manera de ser o porque tenemos diferencias con las personas más cercanas. En la familia, por lo general, cada quien ve las cosas de manera distinta. Cuando hay desacuerdos, después vienen los resentimientos, la separación o alguien se aparta y a veces hay gritos y hasta se llega a los golpes. Lo mismo pasa en el barrio. La gente de pronto ya no se habla, critican al que no se comporta como el resto de vecinos y no dejan que cada quien haga con su vida lo que le parezca bien sin hacer daño a nadie. La política es otra fuente de conflictos, porque ahí los intereses en juego son enormes. Las posiciones políticas diferentes pueden fomentar división de la sociedad.
Todas y todos hemos vivido o conocido algún conflicto. Los vemos con frecuencia en la calle, en el trabajo, en el mercado, en los medios de comunicación. A veces un conflicto nace por nuestra manera de ser o porque tenemos diferencias con las personas más cercanas. En la familia, por lo general, cada quien ve las cosas de manera distinta. Cuando hay desacuerdos, después vienen los resentimientos, la separación o alguien se aparta y a veces hay gritos y hasta se llega a los golpes. Lo mismo pasa en el barrio. La gente de pronto ya no se habla, critican al que no se comporta como el resto de vecinos y no dejan que cada quien haga con su vida lo que le parezca bien sin hacer daño a nadie. La política es otra fuente de conflictos, porque ahí los intereses en juego son enormes. Las posiciones políticas diferentes pueden fomentar división de la sociedad.
CAUSA DE CONFLICTO
- El cambio o mantenimiento de relaciones de poder. En
Argelia, aún existe una lucha armada entre varios grupos y el Ejército,
independientemente de los resultados electorales, desde 1992.
- Disputas
territoriales. Como
el caso de la República Democrática del Congo, donde los rebeldes que
iniciaron el conflicto se vieron respaldados por tropas de Uganda y
Ruanda, que dio con enfrentamientos armados que duraron años.
- Intereses
políticos, que
se traducen en riquezas naturales cuya
explotación puede significar grandes sumas de dinero. Nigeria por su
petróleo y República Democrática del Congo por sus explotaciones
naturales, son un claro ejemplo de los movimientos internacionales que
pueden surgir en torno a este tipo de conflictos.
- Enfrentamientos
religiosos para
tratar de someter, reivindicar o imponer una determinada religión. Casos
como el de Uganda y Birmania, son los que perduran hoy por hoy, por
motivos religiosos.
- Levantamiento
armado de
la oposición, que a través de la violencia persigue la forma de derrocar
al Gobierno. Claros ejemplos de esta causa de conflicto son la ofensiva
Kurda en Turquía, altercados en Tailandia y la lucha constante de partido
comunista de Filipinas por hacerse con el poder.
CLASES DE CONFLICTO
·
Real:
los implicados presentan diferencias de algún tipo, que han abordado pero no
han podido solucionar.
·
Irreal:
el conflicto es fruto de un malentendido o una mala interpretación que puede
aclararse y permitir resolver el problema.
·
Inventado:
parte de un malentendido o una mala interpretación utilizada de forma
deliberada para provocar de forma consciente el conflicto. Puede iniciarse como
una simple broma o un simple juego, o por el deseo de dañar al contrario.
COMO EVITAR
CONFLICTOS
1.
Reconoce las preocupaciones de la otra persona. Si ella ha iniciado la pelea o ha respondido irracionalmente a tus preocupaciones, exprésalo verbalmente. Por ejemplo, dile: "Me doy cuenta de que este problema realmente es importante para ti" o "Yo sé que tú no crees que mi idea sea buena, pero yo sí."
Reconoce las preocupaciones de la otra persona. Si ella ha iniciado la pelea o ha respondido irracionalmente a tus preocupaciones, exprésalo verbalmente. Por ejemplo, dile: "Me doy cuenta de que este problema realmente es importante para ti" o "Yo sé que tú no crees que mi idea sea buena, pero yo sí."
·
Si la pelea empieza a acalorarse o se intensifica
rápidamente, aléjate de la situación. Dile a la persona que necesitas un
descanso antes de volver a discutir los temas.
2
Discutan las preocupaciones de ambos. Haz
que esta conversación sea lo más estable posible en cuanto a las emociones, sin
gritos ni culpas. En lugar de eso, expresa tus puntos de forma breve y
específica. Será más fácil persona responda a casos específicos, que a
generalizaciones o acusaciones amplias.[1]
Dale una oportunidad de hablar. Esto significa
que debes escuchar activamente a lo que diga. No hagas caso de las debilidades
de su razonamiento o argumento. En lugar de eso, escucha lo que realmente está
tratando de decir, sin importar si es lo que quieres escuchar o no.
4
Respóndele a la otra persona con respeto. Si
no estás de acuerdo con lo que esté diciendo, valida sus preocupaciones, en
lugar de discutir con ella. Puede ser útil tomar unos minutos para recopilar
tus pensamientos antes de responder. Esto evitará que digas accidentalmente
algo hiriente.[2] Por ejemplo:
"Ahora puedo ver por qué estás molesta".
·
Si llegas a un compromiso con la otra persona, es más
probable que responda positivamente a tus preocupaciones.
5
Planifica tu lenguaje corporal. Esto
es tan importante como evitar los gritos, las palabrotas y los insultos. Usa un
lenguaje corporal que sugiera un deseo abierto de comunicarte, como los brazos
abiertos y una postura relajada. Un buen contacto visual también es una parte
fundamental de la comunicación.
·
Evita el lenguaje corporal defensivo, como cruzar los
brazos, señalar con el dedo, esconder las manos o no hacer contacto visual.
Estos gestos pueden ser señales de una falta de voluntad para hablar.[3]
6
Usa el humor. No sientas que
un argumento tiene que ser completamente serio. Si puedes y crees que la otra
persona es receptiva, haz una broma o dos. Esto puede aliviar la tensión y mostrarle
a la otra persona que no estás a la defensiva ni tomas las cosas personalmente.[4]
·
Nunca hagas una broma a costa de la otra persona. Esto
empeorará el conflicto.
1
Sigue siendo un buen oyente. Nunca
te apegues a una opinión inflexible. En lugar de eso, escucha constante y
atentamente lo que el otro piensa o tiene que decir. Si menciona algo que le
molesta, tómalo en serio y respóndele o pídele disculpas.
·
La comunicación general será más fácil si escuchas
activamente y le respondes a la otra persona.
2
Evita tener que estar en lo correcto todo el tiempo. Esta
es una fuente enorme de conflictos entre las personas. Trata de dejar de lado
la necesidad de tener la razón todo el tiempo. En lugar de eso, aprende a
dejarte llevar y a comunicarte sin preocuparte de quién está en lo
"correcto" o está "equivocado".[5]
·
Al principio, será difícil dejar de tratar de manejar
el resultado, pero es posible que descubras que tu nivel de estrés disminuye.
Sin la necesidad de tener la razón todo el tiempo, puedes empezar a disfrutar
de las cosas y respetar a la otra persona.
3
Tómate un tiempo a solas, si se trata de un
conflicto de relación. A veces, estar con la misma persona mucho tiempo
puede llegar a ser estresante. Tomar un tiempo a solas puede darles a ambos un
descanso, reducir la tensión y hacer que se aprecien más el uno al otro cuando
sí pasen tiempo juntos.
·
Pasar tiempo con tus propios amigos puede mejorar tu
forma de pensar, haciendo que sea más positivo y divertido estar contigo. Puede
ser que tu pareja también necesite un poco de tiempo para pasarlo con sus
propios amigos.
4
Ponte en los zapatos de la otra persona. Esto
mejorará tu empatía y conciencia de lo que le está pasando a la persona. No
esperes a que ocurra una pelea para considerar lo que está pasando con ella. En
lugar de eso, trata regularmente de entender los problemas y las alegrías de la
otra persona. Esto hará que se sientan más conectados y menos en conflicto.[6]
5
Planifica las discusiones importantes. Si
algo empieza a preocuparte, planifica cómo traerás a colación el tema con la
otra persona. Decide lo que vas a decir, cómo lo dirás y cuándo tocarás el
tema. Haz que la declaración sea breve y específica.
·
Evita traer a colación los problemas en el calor del
momento o sin pensarlo mucho con antelación. Si lo haces, será más probable que
acuses a la otra persona, respondas de forma emocional y simplemente pelees.
6
Consigue asesoramiento o
mediación. Si te das cuenta de que aún estás luchando con
el conflicto, busca ayuda. Pregúntale a la otra persona si está dispuesta a
asistir a terapia o mediación. Si no quiere, considera reunirte con un
terapeuta por tu cuenta. Aunque esto podría no resolver todos tus problemas,
puedes aprender a reaccionar y a sentirte mejor con tu situación.
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